Las Primas, de Aurora Venturini
- alesonzini
- 10 feb 2021
- 3 Min. de lectura

Confieso que después de leer Los llanos me cuesta agarrar una lectura tan diferente y excéntrica como lo es Las primas. Pero de eso va mi proceso de lectura y aprendizaje: de la diversidad, de encontrar nuevos estilos, narrativas. En lo distinto se aprende, se avanza; en lo similar, se estanca. Ahora sí, allá voy.
Título: Las primas
Autora: Aurora Venturini
Editorial: @Tusquetseditores
211 páginas.
Sobre la autora
Aurora Venturini (1921-2015) fue novelista, cuentista, poeta, traductora, docente y ensayista argentina. Se graduó en Filosofía y en Cs. De la Educación en la Universidad Nacional de La Plata. Trabajó como asesorara del Instituto de Psicología y Reeducación del Menor, donde conoció a Eva Perón y se hicieron amigas íntimas.
Tras el golpe de Estado de 1955, se exilió a Paris donde compartió noches de bohemia con Violette Leduc, Jean-Paul Sastre, Simone de Beauvoir, Albert Camus, Eugene Lonesco y Juliette Gréco.
Escribió más de cuarenta libros. Con El solitario (1948), su primer libro de poemas, recibió el Premio Iniciación de manos de Borges. Pero fue recién en 2007, a los 85 años, cuando escribió Las primas y obtuvo el Premio Nueva Novela, otorgado por Página/12, momento en el que su trabajo sale a la luz.
Las primas, se publicó en España y recibió el Premio Otras voces, Otros ámbitos (2009) y ha sido traducida al italiano y al francés.
¿De qué va la novela?
Las primas es una historia de familia y de mujeres que transcurre en los años cuarenta. Venturini decía que ésta era una autobiografía, “Yo no soy muy familiera, nunca fui, pero siempre acabo escribiendo sobre mi familia, o sobre mis familiares”, explicaba.
Las primas es la historia de cuatro chicas que sobrellevan diferentes discapacidades: Yuna, la narradora, tiene dislalia; Betina, su hermana menor, sufre disformidad corporal y parálisis vertebral que la tiene postrada en una silla de ruedas; Carina, una de las primas, nació con seis deditos en cada pie y Petra, su otra prima, tiene enanismo.
En esta extravagante novela, Yuna, relata una vida repleta de calamidades con exceso de sinceridad. Cuenta los vaivenes y penurias de su familia disfuncional, no tiene filtro, dice lo que siente, lo que le sucede, lo que escucha y presencia.
La figura del hombre está ausente en la familia; los varones que aparecen son oportunistas y abusadores de los cuerpos de estas vulnerables mujeres.
Aurora Venturini aborda con sarcasmo y humor negro temas como la discapacidad, el abuso, la violación, el aborto, la violencia machista, la muerte, el asesinato… no le falta nada.
Las primas es una literatura provocadora, “para reírse en voz alta ante las decisiones insólitas”, dice en el prólogo Mariana Enriquez, y escribe: “Aurora Venturini consiguió con Las primas una notoriedad que buscó toda su vida y la disfrutó como ella sabía hacerlo: mostrando sus cicatrices de mujer monstrual que se creó a sí misma con burlona lucidez”.
Una característica desopilante de esta narradora es la utilización de una sintaxis radical que evita la puntuación porque la “cansaba”. Puede llegar a narrar un párrafo entero casi sin comas ni puntos y al final remata con unas disculpas por la falta de puntuación.

Así comienza Las primas
“Mi mamá era maestra de puntero, de guardapolvos blanco y muy severa pero enseñaba bien en una escuela suburbana donde concurrían chicos de clase media para abajo y no muy bien dotados. El mejor era Rubén Fiorlandi, hijo del almacenero. Mi mamá ejercitaba el puntero en la cabeza de aquellos que se hacían los graciosos y los mandaba al rincón con orejas de burro hechas de cartón colorado. Raramente un mal portado reincidía. Mi madre opinaba que la letra con sangre entra. En tercer grado la llamaban la señorita de tercero pero estaba casada con mi papá que la abandonó y nunca más volvió a casa a cumplir obligaciones de pater familiae. Ella asumía tareas docentes turno mañana y regresaba a las dos de la tarde. La comida ya estaba hecha porque Rufina, la morochita que oficiaba de ama de casa muy consecuente, sabía cocinar. Yo estaba harta del puchero todos los días. En el fondo cacareaba un gallinero que nos daba de comer y en la quintita brotaban zapallos milagrosamente dorados soles desbarrancados y sumergidos desde alturas celestiales a la tierra, crecían junto a violetas y raquíticos rosales que nadie cuidaba, ellos insistían en poner la nota perfumada en aquel albañal desgraciado”.
Una recomendación final
La novela te gustará porque no se limita a contar sino a recrear en el proceso de escritura recursos que en otras circunstancias quedarían forzados. Esta novela habla de historias comprometidas y denunciantes, historias con profundidad moral, historias llenas de humanidad y de inhumanidad con sentido de la justicia, pero narradas desde la ironía, el humor negro y agonizante de las situaciones desopilantes. Una novela única e inolvidable.
¡Nos encontramos en la próxima reseña!
María Alejandra Sonzini
Es un placer para mi 🤩 gracias!
Gracias por la recomendación!!! Saludos