La guerra no tiene rostro de mujer, de Svetlana Alexiévich
- alesonzini
- 10 ene 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 16 ene 2021

Ganadora del Premio Nobel de Literatura en 2015, distinguida por la Academia Sueca por “su obra polifónica, un monumento al sufrimiento y al coraje de nuestro tiempo”, la prestigiosa periodista y escritora bielorrusa, Svetlana Alexiévich (Unión Soviética, 1948), logra en La guerra no tiene rostro de mujer un relato crítico de la antigua Unión Soviética y de las secuelas que la Segunda Guerra Mundial dejó en sus habitantes.
Casi un millón de mujeres combatieron en las filas del Ejército Rojo durante la guerra, pero sus historias nunca fueron contadas. Con un excelente trabajo periodístico e histórico, la autora logra reunir los recuerdos de cientos de ellas, mujeres francotiradoras, conductoras de tanques o trabajadoras de la salud en hospitales de campaña. Es una maravillosa obra polifónica que narra micro relatos conmovedores de mujeres que por primera vez hablaron sobre la parte no heroica de la guerra: la suciedad, el frío, el hambre, la violencia sexual, la angustia y la muerte.
El libro fue escrito en 1983 y publicado en 1985 con la llegada de la perestroika. Fue un un éxito espectacular. Pero Alexiévich lo reescribió en 2002 para incorporarle gran parte de los fragmentos suprimidos por la censura, material que no se había atrevido a incluir en la primera versión. En Argentina lo publicó el sello Debate, del Penguin Random House Grupo Editorial, en 2015 y en la actualidad se encuentra en circulación la tercera edición (2019).
Cabe mencionar el gran compromiso que Svetlana Alexiévich tiene con los que sufren y esto se ve reflejado en su próspera carrera literaria, reconocida con muchos galardones, entre ellos: Premio Nobel de Literatura (2015), Premio Ryszard Kapuściński de Polonia (1996), Premio Nacional del Círculo de Críticos de Estados Unidos (2006), Premio Medicis de Ensayo en Francia (2013) y Premio de la Paz de los libreos alemanes (2013). Además es Oficial de la Orden de as Artes y las Letras de la República Francesa.
De prosa limpia y sin vueltas, en La guerra no tiene rostro de mujer no hay ficción, poesía o literatura dramática, sino relatos en primera persona de cientos de ciudadanas rusas desconocidas, mujeres comunes que explican sus propias vidas, emociones, experiencias e ideas.
“Una mañana los soldados del destacamento punitivo prendieron fuego a nuestra aldea… solo se salvaron los que escaparon al bosque. Huyeron sin nada, con las manos vacías, no cogieron ni un trozo de pan. Ni huevos, ni manteca. De noche, la tía Nastia, nuestra vecina, azotaba a su hija porque la niña no paraba de llorar. La tía Nastia se escapo con sus cinco hijos. Yulia, mi amiguita, era muy débil. Siempre estaba malita … Los otros cuatro niños, todos pequeños, pedían comida. Y la tía Nastia se volvió loca, aullaba: Uh-uh-uh-uh… Una noche oí que Yulia sollozaba: mamá, no me ahogues. No lo haré… no te diré más que tengo hambre. No lo diré…
Al día siguiente ya nadie vio a Yulia…Nunca más…
La tía Nastia…volvimos a la aldea hechas cenizas… todo estaba quemado. Al poco tiempo, la tía Nastia se ahorco en el manzano negro de su jardín. Colgaba muy, muy bajo. Los niños la rodearon y pedían comida.” (Alexiévich, 2019, p.34)
María Alejandra Sonzini
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