2 Libros que recomiendo para los eternos curiosos
- alesonzini
- 29 dic 2020
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 16 ene 2021

Hoy quiero recomendarte dos libros que hablan sobre la mujer, la vejez y la soledad. No importa la edad que tengas, te aseguro que estas historias lograrán atraparte y conquistar tu atención.
El primero de ellos es Baño de damas de la escritora argentina Natalia Rosenblum, y el segundo recomendado es Prohibido morir aquí, de la inglesa Elizabeth Taylor (que nada tiene que ver con la diva de los ojos violetas más allá de compartir un mismo nombre).

Baño de damas, la segunda novela de Rosenblum (Buenos Aires, 1984) recientemente publicada —junio de 2020—, derrumba el prejuicio sobre la vejez: La tercera edad ya no es necesariamente una etapa de reposo, por el contrario, para algunos se volvió el momento de alcanzar los sueños postergados. Baño de damas es el relato de las aventuras (y desventuras) de Ana Inés, una viuda jubilada de 75 años que no para de hacer gimnasia, tener proyectos, jugar, disfrutar de la comida, y sobre todo, desear.
¿Hasta qué edad nos está permitido disfrutar y de qué manera?, es la pregunta tácita que aparece solapada en cada momento de la historia de su protagonista.
El relato se centra en un momento clave de la vida de Ana Inés, los días previos a la fiesta que celebra los 90 años del club de barrio "25 de Mayo" al que concurre desde sus años de juventud. No solo es socia, sino que el club es su segunda casa. Además su vida cotidiana transcurre entre las clases de gimnasia, natación, aquagym, partidos de truco y encuentros con sus amigas Beta, Silvita y Estela en el vestuario del “25 de Mayo”. Como hija que soy, no puedo dejar de nombrar el rol que cumple el personaje de la hija de Ana Inés que va a irrumpir su vida inesperadamente.
La temática de esta novela gira en torno al cuerpo que aparece en un primer plano: los rollos, las arrugas, los pliegues, la falta de flexibilidad, el insomnio y hasta la incontinencia. Todos estos elementos se combinan en una narrativa que logra muy bien la reconstrucción del paso del tiempo, de la carne que se cae y de la piel marchita, las canas y las panzas. Más allá de eso, la historia muestra con estilo y sencillez el deseo de Ana Inés, que es el verdadero núcleo de la trama.
En esta novela de lectura ágil y buena narrativa, Natalia Rozenblum, ilumina con humor y sensibilidad las zonas grises del paso del tiempo, el vínculo con el cuerpo y la identidad femenina. Baño de damas es una historia fresca, atrapante y conmovedora sobre la amistad, el amor y el deseo en la vejez. Te atrapará desde el primer capítulo. El final, inesperado.
¿La leíste? ¿Qué opinas al respecto? ¿Te gustó?

Mi segunda recomendación es Prohibido morir aquí de la inglesa Elizabeth Taylor (1919 – 1975). Es tan buena esta novela que no sé por donde empezar. Comenzaré entonces por contarte que su autora, una inglesa de perfil bajo —su rostro fue casi desconocido para sus compatriotas—, llegó a decir en una de las pocas entrevistas que dio —vivía bastante aislada, lejos de Londres y daba pocos reportajes, para disgusto de sus editores— que los argumentos se le ocurrían mientras planchaba. Una confesión acorde con su origen —padre agente de seguros, madre modista— y a su ideología política ligada alguna vez al partido comunista y, mas tarde, a su consecuente militancia laborista.
A los veinticuatro años se casó con John William Kendall Taylor, un reconocido pastelero y dueño de una fábrica de chocolate. Tuvieron dos hijos.
Fue amiga del crítico Robert Liddell y de Ivy Compton-Burnett, quienes compartieron una gran admiración mutua. Kingsley Amis la consideraba una de las mejores escritoras del siglo XX en lengua inglesa, y Antonia Fraser la nombró como una de las autoras más injustamente olvidadas.
Prohibido morir aquí se escribió en 1971 bajo el título original Mrs. Palfrey at the Claremont. Fue considerada por The Guardian como una de las 100 mejores novelas en lengua inglesa, y acaba de ser editada en español por la editorial argentina La bestia equilátera que nos permite disfrutar de la lectura de esta verdadera obra literaria. Cabe destacar que la traducción de Ernesto Montesquín, elegante y argentina, es tan pero tan buena que dan ganas de ponerla en cuadrito. Esto no es un elemento menor, yo diría que es un factor central para que el lector logre el engagement emocional con la historia y empatía con los personajes.
Esta novela, que empieza con la descripción de una escena espectacularmente londinense, cuenta la historia de un grupo de ancianos que pasan su última temporada de relativa independencia en un hotel de las afueras de Londres. El hotel Claremont va a ser la antesala del geriátrico o en algún caso, de la muerte, y ellos lo saben. Su protagonista, la señora Laura Palfrey es una viuda de 75 años que sigue creyendo en que su matrimonio con Alfred fue perfecto, y al igual que los diferentes personajes de la novela, se maneja con autonomía y transita por la soledad de la poca o casi nula atención de su familia, factor central por el que esas personas son los huéspedes del Claremont, —que les ofrece tarifas bajas por ser pasajeros seguros—. Eso también habla de ese abandono familiar.
Alrededor de la señora Palfrey giran distintas historias como la del joven escritor Ludo que, aunque difieren en edad, también sufre de soledad y del desamparo familiar. Ambos se conocen accidentalmente en una tarde lluviosa. Desde ese momento compartirán un pacto para encubrir la nostalgia del abandono.
El relato refinado de esta historia de lectura ágil, exquisita, nos transporta a las calles de Londres para vivir las distintas historias que la autora retrata en cada uno de los personajes con una sensibilidad y calidad narrativa inusual.
Prohibido morir aquí es una novela que pondrá en jaque tu mirada sobre la vejez y la soledad. Te dejará pensando en cual será tu futuro, y en lo que quieres para tu tramo final. La respuesta a esas preguntas están en las personas que te suceden y lo que logres sembrar, y no con la ingratitud natural de los seres humanos: el egoísmo temprano puede tener altos costos en el momento de la cosecha; lástima que no lo sabremos hasta el momento en que alguien deba ocuparse de nosotros como nosotros lo hicimos en su momento. Una novela que encierra una gran historia tan actual como conmovedora. Te moverá el piso.
María Alejandra Sonzini
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